Si quieres viajar al pasado en una villa medieval, Tossa de Mar es el espacio donde podrás transportar a épocas pasadas y disfrutar de un paseo en un museo al aire libre. Población con vestigios históricos a una Tossa moderna convertida primero en refugio de artistas e intelectuales o después en una inmejorable anfitriona de turistas.
El interior destaca por sus proporciones armoniosas, la limpieza de líneas y la luminosidad. Gran parte de la decoración barroca que la adornaba se perdió en los saqueos ocurridos durante la Guerra Civil, lo que probablemente no sea de lamentar, ya que de esta manera gana en claridad. Su advocación es en San Vicente y, testigo de la vocación marinera de la villa, junto al altar se encuentra una barca de pescadores.
En la zona superior de la villa estaban ubicadas las dependencias de las viviendas. En la zona inferior, los cultivos, almacenes y vestigios de otras actividades agrícolas y marineras. El recorrido por el interior de las instalaciones es muy interesante.
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Se trata de un pequeño edificio de una sola nave con un campanario en espadaña, de estilo originalmente renacentista y después remodelada con decoración barroca, de la que no queda nada después de los azares de la guerra civil. El interior actual es sencillo y luminoso. Se encuentra en uno de los lugares de paso obligado para recorrer el centro histórico, por lo que no tiene pérdida.